Sociedades Anónimas

La propiedad de una sociedad anónima está dividida en pequeños "trocitos" que se conocen como acciones. Por lo tanto, los propietarios de una sociedad anónima son los accionistas, es decir, los poseedores de acciones de esa empresa.

Aunque sólo tengas una acción, tú eres co-propietario de esa empresa, conjuntamente con el resto de accionistas de la misma.

Acción de Tranvías Eléctricos de Granada, S.A. de 1943. 

En una sociedad anónima, los beneficios se reparten a partes iguales entre las acciones. Cuantas más acciones tengas, más partes te tocarán. Un accionista con 80 acciones cobrará pues ocho veces más que otro accionista que sólo tenga 10 acciones.

¿Y si la empresa sufre pérdidas? El accionista no tiene que pagar nada. Sencillamente, ese año no obtendrá beneficios, y punto.

Si una sociedad anónima se se arruina por deudas, quienes tienen un verdadero problema son los acreedores. El accionista no ha de pagar nada.

Las acciones de una sociedad anónima pueden venderse y comprarse de forma privada. Pero también pueden comprarse y venderse en un mercado público de acciones. Este lugar es lo que se conoce como la bolsa.

Esta es la bolsa de Madrid. Antiguamente, las acciones se compraban y se vendían físicamente en este lugar. Hoy en día no hay nadie porque la compra y venta de acciones se lleva a cabo vía internet.

Las principales bolsas del mundo son las de Nueva York, Tokio, Londres y Frankfurt. En ellas se compran y se venden todos los días miles y miles de acciones de todo tipo de empresas.

El precio de las acciones se determina por la ley de la oferta y la demanda. Este es un concepto que ya trabajamos en la unidad anterior. Si muchos compradores quieren obtener acciones de una misma empresa, el precio de las acciones de esta empresa sube. Si por el contrario muchos poseedores de acciones de una empresa quieren desprenderse de ellas al mismo tiempo, el precio de estas acciones baja.

De forma global, cuando en un día en una bolsa determinada se compran más acciones que se venden, se dice que la bolsa sube. Si por el contrario se venden más acciones que se compran, se dice que la bolsa baja.

Un especulador en bolsa es sencillamente una persona física o una entidad financiera que se dedica a comprar acciones cuando considera que están baratas y a venderlas poco después cuando éstas suben de precio. Pueden ganar mucho dinero en poco tiempo, pero también perderlo.

Para especular en bolsa y no arruinarse, es necesario disponer de información muy ajustada sobre el funcionamiento presente y futuro de las empresas de las que se compran acciones.

Cada año una sociedad anónima celebra lo que se conoce como junta de accionistas. En dicha reunión cada acción da derecho a un voto. En la junta de accionistas se elige al Consejo de Administración de la empresa. Este Consejo es el que gobierna el día a día de la sociedad anónima.

Lógicamente, los mayores accionistas son los que tienen representación en dicho Consejo, y son los que dirigen realmente la empresa. El resto de accionistas no tienen nada que decir.

A veces se producen luchas por el poder que se traducen en la compra desenfrenada de acciones por parte de un accionista que pretende hacerse con el control de la empresa por la única vía posible: poseyendo un buen paquete de acciones.

Cuando una sociedad anónima necesita dinero, puede obtenerlo por dos vías; una de ellas es la tradicional: pidiendo un préstamo a un banco. La otra es mediante una ampliación de capital.

El procedimiento es sencillo: se crean nuevas acciones y se venden en la bolsa. Así la sociedad anónima obtiene capital sin endeudarse con los bancos. Pero esto tiene una contrapartida: al haber más acciones, el beneficio por acción ahora será menor.